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28 febrero 2020
Confiar...
La aceptación (no conformismo) que está basada en la sabiduría, trae paz y es un estado de absoluta tranquilidad.
25 febrero 2020
El carnaval y el cristal
No sé si se ha roto el carnaval de este año, o solo se ha roto el cristal; el cristal con que hasta ahora lo veíamos, el de la fiesta popular, que comenzaba con "el jueves lardero o el jueves merendero", y luego el disfraz y la danza, la música y el color.
Recuerdo el refranero, que el ánimo está alegre después de compartir en el campo la merienda, porque "de la panza, sale la danza", porque "tripas llevan pies, y no al revés".
La fiesta luego comenzaba en casa al buscar en el baúl o en el armario, los vestidos de disfraces, y las caretas coloridas y vistosas para el desfile. Había que cubrir la apariencia cotidiana de tal forma que variara el aspecto y no nos reconociera quien nos viera. Se permitía de este modo, o se provocaba, la chanza, la chirigota, y la risa, porque entonces, no éramos nosotros lo importante, sino el disfraz.
Pero este año se ha roto el cristal de la normalidad. En muchos lugares se ha suspendido el carnaval, y tenemos que salir sin maquillaje, ni máscara, ni ropajes extravagantes o sofisticados.
La gente ha tenido que salir a la calle con lo puesto, con lo que es, con lo que cada uno desfila por su casa, por su pueblo o por la calle cada día.
Y ese espejo roto, en que se mira, le devuelve su imagen en mil pedazos, que son partes de sí mismo, el de ayer y el de siempre. Es múltiple y uno. Tiene que cerrar los ojos para recordar que es él mismo, que vive y siente, se alegra y sueña, sin más vestido ni otra música, que con los que vino al mundo y el latido agradecido de su alocado corazón.
09 febrero 2020
Invierno... ¡solo a veces!
el viento, entona sin matices,
una música fría,
llena de ausencias.
La luna, surge desde el mar
redonda como una pandereta helada,
que se oculta por momentos
tras el velo de la noche.
redonda como una pandereta helada,
que se oculta por momentos
tras el velo de la noche.
Una mujer pasea pensativa,
escuchando las olas,
mientras su aliento, al respirar
intenta acariciar la vida y vuela.
escuchando las olas,
mientras su aliento, al respirar
intenta acariciar la vida y vuela.
Su luz, allá en el fondo del pecho
es fuego fiel, como el amor,
como la veleta de una pieza,
siempre señalando algún destino.
No es ciego el sentimiento,
ni la música en gotas, a merced de las olas,
ni el silencio del paseo por la orilla,
porque sus ojos algo vieron y algo esperan.
ni la música en gotas, a merced de las olas,
ni el silencio del paseo por la orilla,
porque sus ojos algo vieron y algo esperan.
Confía, que tras la bruma llegue,
o amanezca, para desvelar al sol,
que el alma se desmaya
tiritando en la playa por su amor.
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