Estamos tejidos con experiencias humanas. Nuestras etapas tienen siempre metas cada vez más profundas, gozos cada vez más sencillos, energías cada vez más contagiosas.
Los buenos momentos, son pilares que ayudan siempre, pero sobre todo cuando el cielo está plomizo o surgen situaciones complicadas.
¡Hay que volver a levantar el vuelo!
La vida es un camino que tiene sentido en sí misma, y en la paz se puede escuchar su música callada.
El mundo que parece tan grande y tan inmenso, que gira tan de prisa, resulta que es un pañuelo, apenas unos centímetros, en el que todos vamos encajando, como en una tela de un quilt de patchwork de colores.
Espontáneamente, libremente, se han ido uniendo nuevas voces a la mía, han salvado la distancia que separa sus vidas, sus historias, sus sueños y con un clic se han plantado en mi puerta, en mi blog.
Y esas voces las siento hoy, como las pompas de jabón, algunas, muchas, se han ido a recorrer su camino con el viento.
En otras, se da ese momento mágico -como en las pompas de jabón de Michelle Linn que se congelan en la nieve- de conexión especial, y se mantienen.
Nunca imaginé que la tecnología, terminara uniendo, conectando, enriqueciendo, a personas desconocidas, por encima del tiempo y la distancia.
Quisiera que para ellas fuera este pequeño detalle, como un verso en la poesía del viento, o una nota del pentagrama de la canción de la vida, para seguir sumando amistad y vida.