Sólo por mensajeras silenciosas, por su arrullo y su zureo, las palomas han llegado a ser un símbolo de paz. Llevan, a veces, en su pico una pequeña rama con sus hojas indicando que ha pasado la tormenta o la amenaza . Pero además son todo un símbolo de presencia del espíritu que protege y acompaña a los humanos. Los pintores y poetas, las sitúan en la luz que el cielo envía a María para anunciarle la noticia de su maternidad.
Por eso, cuando las vemos cerca de nosotros, o hacen nido en la abierta vasija del jardín, las palomas con su luz dan al barro un calor especial. Todo parece recobrar el encanto de la vida. En el pincel son una llamada al infinito y al silencio.