Con la lluvia de abril y el sol de mayo...la naturaleza ha florecido. Poesía de mil colores. Tienen vida los árboles y color los trinos. El gato está admirado. Un conjunto impresionante. Se ha regado el jardín y el artista ha salido a inspirarse. Se nota el trabajo del pincel, el lienzo, la aguja y los ojos que asombrados contemplan la belleza. El campo lleno de aroma, se lleva hacia las alturas palabras agradecidas. Cuanto más altas, las palabras, más limpias y suaves. Y hasta hay un momento para el silencio. El eco se detiene para no pisar las flores.
Ya no se si hay mariposas, o son pétalos que vuelan, o corazones con alas que van buscando la luz, o la luz lo es todo.
El paisaje que compone la imaginación, es un pálido reflejo, de lo que se puede ver con solo abrir la ventana. Las manos intentan una recreación de primaveras. Es Mayo. La niña del paisaje es la que llevamos dentro, porque cosiendo y cosiendo, terminamos aprendiendo que las horas se nos pasan soñando, imaginando, compartiendo y componiendo. ¡Y disfrutando!
¡Respirad pausadamente la fragancia de la felicidad!