Necesitamos escapar de la
presión. Desconectar y salir de los espacios en que habitualmente se mueven
nuestros pasos. Volver a los paisajes de la infancia, donde la felicidad y la
ilusión iban de la mano. Recordar que la
tierra es una madre hermosa y buena, siempre necesaria y siempre paciente y
generosa.
La mies está granada. La cosecha está cerca. La carretilla está colmada de todo lo mejor para llevar a la familia. Cuando piensas en ellos, el trabajo puede abarcar jornadas de sol a sol, pero nadie se queja. Los sombreros y las travesuras eran para el verano. Cantaban los ejes, las abejas, los enamorados. Hasta la luna sacaba su pandereta para alegrar la vida y estirar las horas, las confidencias, las celebraciones y las risas.
La mies está granada. La cosecha está cerca. La carretilla está colmada de todo lo mejor para llevar a la familia. Cuando piensas en ellos, el trabajo puede abarcar jornadas de sol a sol, pero nadie se queja. Los sombreros y las travesuras eran para el verano. Cantaban los ejes, las abejas, los enamorados. Hasta la luna sacaba su pandereta para alegrar la vida y estirar las horas, las confidencias, las celebraciones y las risas.