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09 marzo 2016

El hogar


Es más fácil construir una casa que habitarla creando hogar.

Cuando se convierte en hogar, está llena de calor y de detalles, donde se vive dando y recibiendo.






Es el lugar adecuado para crear y crecer, siendo uno mismo.


Un hogar es acogedor, cuando sus  dueños son amables en su sencillez y prodigan atenciones de forma natural.







Hay un encanto que se respira y se siente en el aire, en la luz, en la palabra.
Uno se encuentra cómodo porque nadie es extraño ni extranjero.








En el hogar, el reloj del tiempo es blando, como el de Dalí, porque las horas se deslizan pero no hieren, ni siquiera suenan para avisar del tiempo transcurrido.







Un animal de compañía, no es un adorno ni un juguete, es uno más de la familia. Es todo energía en movimiento que vigila y adivina, presiente, busca agradar y juega, hace sonreír, atiende, sabe cuándo debe acomodarse o cómo pedir o escabullirse, porque todo su deseo y su razón de ser, es ser fiel y hacer agradable la vida a todos y a cada uno de los que viven o llegan.








El hogar...un lugar especial, donde uno está con los suyos y adonde el corazón pide volver cuando ha tenido que ausentarse.









Se ha incorporado a nuestra identidad, pero no es el número de una calle, es un lugar cercano al corazón.












Otra ventana vestida. El baldó es un adorno del nido en que habitamos al lado de los otros. Es igual a todos. Pero para cada uno, como para mí, es el único que tiene sol y calor todo el año. En él soy feliz, porque este es el rincón del mundo donde sueño cada día y cada noche.









Un beso amigos y amigas, cercanos a este otro hogar llamado corazón.

29 noviembre 2015

Una casa, un pueblo, un mundo


No es el cambio climático tan capital como la mejora del clima que estamos creando en nuestro mundo.










El exceso de soledad abruma a mucha gente y la deja a la intemperie, donde no tienen más que el sol y las estrellas para cobijar sus vida






Se derriten los hielos, pero se enfrían las entrañas. Mientras, los habitantes de la tierra, estamos necesitados de comprensión y protección, tanto plantas, como animales y también los humanos.






Para vivir la vida, somos libres, pero para vivir con los demás, tenemos que vivir en paz, respeto y cercanía, aprovechando la experiencia de los siglos y compartiendo la sabiduría de todos los seres que habitan este pequeño planeta azul.












He intentado, una vez más, que las casas de todos lleguen a mi casa. Que mi casa tenga un mirador permanente a la sociedad. Quiero sentir desde aquí que la humanidad no retrocede, que aunque haya peligros y haya noche, no cunda el desánimo ni se instale el frío y la falta de sonrisas.


Quiero pensar que mi casa es como la de todos, una más, pero llena de luz, de amor y de recuerdos. No olvido a nadie, se encuentre donde se encuentre. Ni me gustan los olvidos, ni quiero que nadie se sienta olvidado, ni perdido, ni falto de cariño.


Nadie está solo. Nadie debería perder  la alegría, ni la juventud y la voluntad de vivir. Cada uno en su casa, creciendo desde dentro, como hacen los árboles, como los animales, como quienes tienen fuego en la mirada.





La población mundial no es una suma de casas, ni de individuos extraños y distantes. Somos un todo. Tenemos alma y el alma no se aleja, ni decae; se perfecciona, se enriquece, se ejercita, se nutre y se da sin tener que menguar ni dividirse.




Os presento, algo de mi mundo. Es el bandó con las cortinas que tengo, matizando el sol que penetra desde lo alto y llena todo. Son los matices de luz interior. Distintos a los que publiqué no hace mucho. Estas casas son más nuestras. Aquí tenéis la que os guste y desde aquí, salgo cada día para encontraros y seguir a vuestro lado por el camino de la vida.





Agradezco la ocasión para enviaros un beso con todo lo mejor.
Ángela.

10 octubre 2015

Matices de luz interior.

La luz tiene matices desde la ventana.
Si la naturaleza nos habla cada día, si el aire, la luz y los colores dejan en el interior la maravilla de la paz y la inmensidad, ¿No hablan también los ojos que nos miran? ¿No habla la casa que uno habita, esa que el amor ha convertido en el hogar?











Ella y todo, habla de nosotros sin palabras. Cada rincón, cada detalle...tienen la virtud de asombrar y cautivar.








De noche y de día, con música o susurros, con voces o silencios, ahí, en el hogar, en ese espacio que delimitan las paredes, se mece la cuna de los sueños, la vida de unas vidas, lo mejor de unos latidos que crecen con el tiempo sin pensar que poco a poco el calendario se deshoja.




Tengo interiorizada esa verdad. Los trabajos de cada uno, al igual que las flores diferentes, engalanan y adornan el espacio de todos y de cada uno. No importa quién pone más o aporta menos. Todo es posible. Todo puede cambiar. Todo se comparte y agradece.






Las cortinas aportan intimidad y calor. Pues ahí, al trasluz, están mis casas, puntada a puntada, como en el hogar están los detalles y todas las formas de orden y cariño. Ahí están mis pinceladas, mis ilusiones y lo que cada día va saliendo de mi mano.







Lo comparto, con una sonrisa y la sencillez de quien sabe que un camino similar lo recorre cada mujer y cada amante del patchwork cada día.
Un beso.

24 mayo 2015

Lo mejor va contigo.

La vivienda es un derecho de todo ciudadano. Vivir bajo techo debería ser asequible a todos en cada rincón del planeta. Pero cuando vamos de acá para allá, en busca del descanso en las vacaciones, hay que buscar agencias y lugares que nos dejen un cobijo.


En España estamos batiendo records de turismo. 
Como mi gente amiga -según dice- casi no tiene tiempo de buscar, se me ha ocurrido una forma al alcance de todos los bolsillos... una tira de casas para sentiros a gusto allá donde vuestra imaginación os lleve.

Desplegada, podrá ser un bandó para las cortinas cuando esté terminada. Son muchas piezas minúsculas, todas a puntada escondida.
El arte es como la vida pero no es la vida. Todo está en la mente. El inconsciente colectivo quizás lo llevamos todos y... cada uno lo hace realidad a su manera. En todo caso la vida, la belleza, el amor y el hogar, es personal, único y nunca gregario, ni masificado. También en vacaciones. Aunque yo estoy por la aventura.
Todo es un largo camino, como la tierra, como la vida. De vez en cuando adultos, jóvenes y niños necesitan descubrir nuevos horizontes, ver caras nuevas y tal vez encontrar nuevos amigos. 
Eso no es tan fácil como mover la silla, igual que en el hogar del principito y poder disfrutar de un nuevo amanecer o de una puesta de sol, una copa, escuchar una melodía, dejarse ir en un baile o mantener una conversación en otro idioma...porque lo mejor va contigo.

Si vais de crucero, la inmensidad está más cerca... flotando, podréis disfrutar de la indecible sensación de estar envueltos en la caricia de unas inigualables sábanas de azul y cielo. La vida bullendo a vuestros pies y las estrellas velando vuestras noches mientras la brisa invisible acaricia vuestro rostro.


Me ha encantado saber que hay un árbol de cuarenta flores y cuarenta frutos diferentes.Esas flores y esas drupas, son la prueba de que todo lo distinto puede convivir, embellecer y ser útil. Como nosotros, como la amistad, como el mundo.
Os deseo un feliz verano y allá donde os encontréis, con vosotros va mi aprecio y mi cariño. 
Hasta la vuelta.