Mi vida es nueva cada día. El de ayer fue un día nuevo. El de hoy lo es. No tengo tiempo de aburrirme. Disfruto lo que hago, porque no me dejo arrastrar a la rutina.
Mi sueño es vivir, ser, sentir, disfrutar, pero siendo y amando lo que Soy, lo que tengo y lo que cada día me regala de forma sorprendente. Ni me preocupa el pasado ni me obsesiono con el futuro. Estoy aquí y ahora, y soy feliz a mi manera. No voy en busca de la felicidad. Tengo mucho más de lo que necesito, aunque necesito poco.
Posiblemente he reducido el mundo porque era muy grande. Los míos y mis sueños son mi mundo. Nos cobijamos bajo las mismas estrellas, disfrutamos del agua, del aire, del paisaje de la tierra, sin tener que poseerlo todo, ni conocerlo todo. Cantamos y reímos. Leemos y escuchamos. Conversamos. Trabajamos y comemos. Compartimos. Nos sentimos bien. Hasta ahora podemos decir que no enfermamos. Pensamos en salud.
Vemos, porque no podemos ignorarlo, lo que ha cambiado el mundo, las costumbres, las formas y actitudes de la sociedad, desde que eramos más jóvenes. Respetamos los cambios, o tal vez, como dice el proverbio hindú: "Nada ha cambiado. Solo yo he cambiado. Por lo tanto, todo ha cambiado".
Al final la vida es mucho más sencilla de lo que parece. Es importante respirar, dejar que el corazón siga latiendo sin pedirme permiso. Que los sentidos me den las sensaciones que me van enriqueciendo, disfrutar de la luz por cada poro y del amor hasta el interior del alma. No sé si se puede anhelar más. Si hay más y lo necesito, llegará.
Un beso a todos mis amigos y cada uno de los que conozco por mi afición al patchwork, a la música o a cualquiera de las artes.
Ángela.
Ángela.
Ah!... Os muestro un pequeño bolso con minúsculos hexágonos, y una cesta para guardar las mantitas de invierno.