Quiero brindar con este quilt con Yoko Saito y con vosotras/os. Es un paso más en sus líneas puras, llenas de luz y de contrastes. Se pueden subir las escaleras, o se puede bajar hacia otra calle. Nada hay extraño en el conjunto del barrio. Todo encaja. La vida, la sencillez, el agua, la religión, la filigrana. Como cualquier aldea, como cualquier rincón de nuestro pueblo.
No sé si el viajero despistado encontrará alguna habitación libre en la posada. En todo caso, puede estar seguro de encontrar claridad en las habitaciones de las casas y un aire no contaminado. Están llenas de energía. Solar, por supuesto.
En la paz se puede escuchar la música callada de la vida por dentro. Los artistas ¿están en sus casas, o estamos aquí fuera interpretando la obra y gozando de ella?