No se pueden detener los pensamientos, pero sí podemos observarlos.
Olvidamos que tenemos más poder sobre nosotros mismos de lo que creemos.
Las cosas que nos ocurren -parafraseando a Epícteto- no son las que nos producen malestar, sino los pensamientos que tenemos sobre ellas. Nuestra mente, una herramienta poderosa para modificarlos.
Son solo pensamientos, van y vienen, ninguno nos define.
Hay pensamientos de luz, y pensamientos iluminados.
Estos que traigo hoy, tienen algo especial. Están enraizados y servidos en delicada planta como se envuelven los regalos. No son más que simples macetas en un patio. Pero siempre tendrán algo personal. Seguro que estos pensamientos le dicen algo a alguien.
Estos que traigo hoy, tienen algo especial. Están enraizados y servidos en delicada planta como se envuelven los regalos. No son más que simples macetas en un patio. Pero siempre tendrán algo personal. Seguro que estos pensamientos le dicen algo a alguien.