La vida está hecha de pequeños detalles. El mayor detalle es el milagro de un latido. Después, el corazón lo abarca todo, en nosotros y en nuestro entorno. Por el corazón sentimos los lazos que nos unen a la fuerza que lo atrae todo y mueve el mundo. Ahí están, los afectos, el cariño y la voluntad con que abrimos la puerta de la luz cada mañana,
Los pequeños detalles son la forma de ir al encuentro de nosotros mismos y de los que caminan a nuestro lado, familia, amigos, vecinos, sociedad, fauna y flora, junto con el entorno de agua, tierra, fuego y cielo.
Cada uno tiene su forma de vivir y crear los pequeños detalles para que se sientan bien los cercanos y también quienes están más lejos.
Hay ciertos días en que experimentamos vivencias que conectan con lo mejor de nosotros y las expectativas de los demás. Son una fiesta de luz y de color. Son un regalo.
Estos pequeños detalles, que van de corazón a corazón, hacen brillar los ojos, pintan sonrisas, y despiertan una sensación de bienestar y gratitud.
Ojalá podamos asistir a ese milagro cada día, porque cada día es un regalo. Pero es importante que lo experimentemos sea por el motivo que sea.
Estas palabras, y estos detalles son mi forma de acercarme hoy a todos, agradecer lo recibido y desearos la dicha con que a veces viene cargada la amistad.