No puedo ver las manos sin
oficio. Se me van los dedos tras la idea. Siempre encuentro quehaceres en la
casa, en el jardín, en los pinceles y costuras. Tengo el alma en la rueca de
los días y sigo hilando sueños de colores.
Puede ser un costurero, o el frontal de una casa donde guardar el amor y la seda de los hilos o detalles.Tenia ganas que Julia nos enseñase Cartonage. Y lo hace tan sencillo que es una maravilla aprender.
No puedo estar mano sobre mano, ni le dedico tiempo a las noticias, ni aunque vengan servidas con imágenes.
De tanto poner alas, no puedo estar como el pájaro sin rama.
Disfruto lo que hago y lo comparto con la misma sencillez de la amiga que invita a una cerveza, o un café de sobremesa.
Me encanta, eso sí, buscar un momento y escapar por la ventana al mundo y encontrarlo lleno de amigas y de amigos, que con una sonrisa dicen “feliz día” y se muestran dispuestos a contar sus cosas.
Es un respiro, una bocanada de aire, de luz y de ilusión.
Aquí, si lo deseáis, seguís teniendo, una incondicional amiga.
Gracias por la amistad y por la vida.