No me canso de hacer cosas pequeñas. Me llenan los minutos y los días. Con la paciencia del relojero, voy encajando piezas, mientras pasan algunas de las horas.
Hago los cálculos, preparo las piezas, uno los números y los sumo a mi idea.
Mi casa no es una oficina, pero comprendo que como yo hace mucha gente, ahí fuera.
El patchwork es una profesión más de las que se necesitan para crear obras nuevas y distintas y también riqueza. Es un estallido de mensajes y matices en color.
También tengo mi tiempo, para leer a esa gente maravillosa que juntando letras dicen cosas bellas como..."en el rocío de las cosas pequeñas, encuentra el corazón el frescor de su mañana" (Khalil Gibran).
Y entonces pienso, ojalá, les llegue a mis amigas y amigos, una gota de ese pequeño rocío, que les llene de frescor el corazón cada mañana