La experiencia está hecha
de agua,tierra, viento y fuego,
y la cámara sutil y personal,
se impregna, libre, sin ayuda,
como si el corazón, tuviera,
una ventana rota, y entrara libre,
el color, las estaciones, y el río
de la vida, que todo se lo lleva
cada día un poco más allá,
hacia la inmensidad.
Mirando lo que el verano
fue dejando aquí en mi casa,
podéis ver flores, aves,
un mundo muy pequeño
pero lleno de vida…
no se ven las raíces,
ancladas en las horas,
donde las puntadas,
ocultas pero necesarias,
buscan la fuente secreta,
el manantial que hace nacer la vida,
o simplemente una pequeña idea.
He vuelto, y sigo compartiendo,
porque hay tanta belleza por ahí suelta,
que ya no somos dueños de nada,
sino deudores de todos y de todo.
Gracias amigas y amigos,
estéis donde estéis,
ya vais conmigo.