He querido responder a la caja de luz que me regaló mi hijo, de la mejor forma posible: protegiéndola para poder llevarla y utilizarla en cualquier sitio.
Lleva una bolsita con el cable,
como llevamos la llave, siempre a punto.
Sin embargo, lo mejor está dentro, la
pantalla de luz, que no se ve, pero está y el corazón de oro de quien está
pendiente para que no me falte de nada que pueda ayudar a mi trabajo.
Ha sido
siempre así...y yo apuesto, a mi manera, como madre y enamorada, para que lo
siga siendo siempre.
Con esto mando un abrazo a mis amigos, que no olvido.