Cuando se ve en conjunto, puede desaparecer el pequeño trabajo de armar cada cuadro.
Pero cada centímetro aquí tiene su alma y su porqué.
Nada es azar.
Todo está calculado, pensado y medido.
El gusto con que se hace y el tiempo que se dedica dan valor a las cosas.
Lo que ves en un momento, y puedes abarcar en el espacio de una foto,
no puede pagarse más que con aprecio y con cariño.
Hay una dedicación infinita, callada, y sabiendo por qué y para quien se hacen las cosas.