Cada día vemos estrellas que iluminan la noche, pero no la estrella que más luce y nos permite ver y vernos...
Cada trabajo realizado con esmero, tiene su encanto, su magia o su estrella. Es lo que da sentido al despertar y llena las horas del día, sea cual sea el oficio.
Cada uno a su manera, en casa, en la calle, en la oficina o convirtiendo la casa en un hogar, la imaginación y las manos van haciendo detalles, son las estrellas de la felicidad...
Cada copo de nieve que suavemente se va depositando sobre las hojas de los árboles y luego sobre los campos, pintando hasta un paisaje encantador, es una estrella..
Cada felicitación que sale del alma en forma de mensaje, de carta, de llamada, o de wasap, es un estrella cuya luz rescalda el corazón que lo recibe o lo escucha.
Casi todo lo que pensamos son estrellas fugaces poderosas que atraen a nosotros luces o sombras, según lo que cada uno piense o sueñe...
Cada vez que salimos al jardín de la vida y echamos una mirada a lo que existe...desde el cielo azul o las estrellas hasta el racimo multicolor de siete mil millones de personas... todo está ahí por algo, y todo está bien
Cuando descubro ese mundo infinito, -grande o pequeño- y, me centro en el patchwork de colores, y en los detalles, -grandes y pequeños- (hay más de 1500 piezas en esto que hoy os muestro), desde este rincón del planeta donde vivo, os envío en una estrella un gran abrazo y os deseo felices días de navidad.