De mi vivir vengo,
de roturar surcos,
en las orillas del alma,
de ponerle aroma a las ideas.
De mi vivir vengo,
del silencio interior,
que remansa y acrisola
los sueños y las vivencias.
De mi vivir vengo,
de encerrar en odres,
los viejos pensamientos,
caldos de mi cosecha.
De mi vivir vengo,
de escanciar una copa,
brindando por la dicha
de saber que estoy viva.
Preciosos versos donde expones esos momentos de la experiencia vital que supone poder contemplar una larga vida mirando hacia atrás en el tiempo. Intimidades que son bellas, como esas otras intimidades florales de la imagen que acompañas. Una flor mucho más pequeñita de los que seguramente supones. Un honor para mí, que la muestres aquí. Gracias por compartir tus letras. Se te extrañaba.
ResponderEliminarDe tu vivir vienes, y brindemos por ese continuar viviendo.
ResponderEliminarBesos.
Lindas palavras.
ResponderEliminarBesitos
Anna
Ese silencio interior del que hablas ha durado mucho tiempo. También brindo contigo, por la dicha, de saberte viva, acrisolando sueños y vivencias.
ResponderEliminarBesos.
Acertadas palabras de quien brinda por la vida!
ResponderEliminarLargo silencio interior, justificado sin duda, para ponerle aroma a las ideas...
Fuerte abrazo Ángela. Siempre un placer!
¡Brindo contigo Ángela!.
ResponderEliminarAbrazos.
¡Brindemos por la vida!
ResponderEliminarBellas letras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ángela, qué bueno poderte leer de nuevo.
ResponderEliminarTod@s tenemos un camino recorrido y por recorrer. Son muchas cosas las que nos van haciendo como somos, también hacemos muchas cosas por lo que somos.
Te deseo un gratificante verano. Cuídate. Bstes.