Había nacido el día
con el sol,
con risas de los niños
con lecciones,
con sueños y esperanzas,
con amor.
Y era distinto siempre,
al otro día.
Y pasé la mañana
animando la vida en otras vidas,
tenso el mástil,
germinando semillas de ilusión,
y
¡alerta!
¡vivir hoy!
El sol se vistió
su mejor gala,
los rayos llegaron a la tierra,
y con sudor y esfuerzo
ganándome mi pan
recorrí un nuevo día
mi conocida senda.
Con secretos de niños
en el alma,
con ilusiones vividas
en las aulas,
con sonrisas colgadas,
con miradas,
yo volvía con el sol
a la esperanza.
Con vacío y sentir,
y con nostalgía,
venía recordando
a los que amaba,
..."por un cable decirles
que les quiero,
y dejar su presencia
en el fondo del alma"... -me decía-
El sol traspasaba los cristales,
el aluminio todo luz
brillaba denso,
y los rayos se rompieron
en el filo
de aquella cruel navaja.
Yo,
aprisionada a su garrote,
al garrote vil de la violencia,
no sentí que lo mío
se llevaban,
solo vi vibrar en mi ser todo,
un temblor,
y un miedo
con dos lágrimas.
Las horas van pasando
y aumentan la distancia
de segundos fatales
ya vividos,
y al ritmo que suceden
y me llevan,
puedo decir:
que hoy vivo.
Quisieron por segundos
cortarme la vena del vivir
¡y no pudieron!
Se llevaron las cosas
que se pierden,
la violencia no puede
tener alas.
Me dejaron en el cuenco
de mi mano
la flor que yo acunaba
¡no la vieron!
me dejaron en el sol
de mi mirada
la esperanza
¡no la vieron!
me dejaron en el latir
del corazón
un sueño en calma
¡no lo vieron!
¡no se llevaron nada!
Alguien vino en el viento
con un rayo de sol
ya plateado,
me trajo la ternura
en su ser todo,
y trocó la violencia
en un amor callado.
Posó su mano amiga
en mis heridas,
me ungió de fortaleza
y fe en la vida
y dijo, murmurando a mi temblor:
y
¡alerta!
¡vivir hoy!
El sol se vistió
su mejor gala,
los rayos llegaron a la tierra,
y con sudor y esfuerzo
ganándome mi pan
recorrí un nuevo día
mi conocida senda.
Con secretos de niños
en el alma,
con ilusiones vividas
en las aulas,
con sonrisas colgadas,
con miradas,
yo volvía con el sol
a la esperanza.
Con vacío y sentir,
y con nostalgía,
venía recordando
a los que amaba,
..."por un cable decirles
que les quiero,
y dejar su presencia
en el fondo del alma"... -me decía-
El sol traspasaba los cristales,
el aluminio todo luz
brillaba denso,
y los rayos se rompieron
en el filo
de aquella cruel navaja.
Yo,
aprisionada a su garrote,
al garrote vil de la violencia,
no sentí que lo mío
se llevaban,
solo vi vibrar en mi ser todo,
un temblor,
y un miedo
con dos lágrimas.
Las horas van pasando
y aumentan la distancia
de segundos fatales
ya vividos,
y al ritmo que suceden
y me llevan,
puedo decir:
que hoy vivo.
Quisieron por segundos
cortarme la vena del vivir
¡y no pudieron!
Se llevaron las cosas
que se pierden,
la violencia no puede
tener alas.
Me dejaron en el cuenco
de mi mano
la flor que yo acunaba
¡no la vieron!
me dejaron en el sol
de mi mirada
la esperanza
¡no la vieron!
me dejaron en el latir
del corazón
un sueño en calma
¡no lo vieron!
¡no se llevaron nada!
Alguien vino en el viento
con un rayo de sol
ya plateado,
me trajo la ternura
en su ser todo,
y trocó la violencia
en un amor callado.
Posó su mano amiga
en mis heridas,
me ungió de fortaleza
y fe en la vida
y dijo, murmurando a mi temblor:
"que me quería".
Y se hizo nuevo el día.
Me he quedado con la angustia por saber, si he leído un canto poético a un momento vivido, o a uno imaginado. Que esté bien.
ResponderEliminarA.un momento vivido
EliminarGracias Ricard. Un abrazo.
Jolines!! Siento que tuvieras que pasar por el susto.
EliminarCuando uno se restablece del peligro vivido y del susto, hace que se aprecie más la vida, porque transforma, fortalece y resalta el valor de lo importante, al menos lo importante para mí.
EliminarHay una conformidad, ante una adversidad, gracias a un rayo esperanzador.
ResponderEliminarAbrazo.
Sentirnos acompañados después de que nos hieran, ayuda a reconstruirnos y seguir el camino.
ResponderEliminarUn abrazo Alfred.
Qué estremecedora forma de narrar la violencia sin dejar que opaque la luz. La esperanza, la ternura, incluso el temblor… todo queda en pie, como si el poema mismo fuera un acto de resistencia.
ResponderEliminarGracias, Ángela, por compartir esta vivencia con tanta dignidad.
Un fuerte abrazo.
Enrique, brindas siempre palabras precisas, diáfanas y sabias.
ResponderEliminarGracias por ellas.
Un fuerte abrazo.
Me ha impresionado este repaso poético. Si el balance tuvo o ha tenido ese fin...que dure.
ResponderEliminarSí, así ha sido.
EliminarEl ser capaz de afrontar la experiencia dolorosa y pasar página, cura.
El poderlo contar como yo he hecho, también cura.
Gracias Fackel a ti y a los demás por leerme.
Un poema emotivo e intenso.
ResponderEliminarY pienso que esa amarga experiencia ha pasado.
Te deseo todo lo mejor.
Un fuerte abrazo.
Claro que sí Amalia.
EliminarEn la vida vivimos experiencias varias, con ellas se aprende.
Un abrazo. Deseo que estés bien.
Que lindo leerte un besote.
ResponderEliminarQue tengas una linda mitad de semana.
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La verdad es que llega muy adentro. Me alegro que el final sea esperanzador.
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