Cuando mira y te inclinas ofreciéndole los tuyos, lo levantas, abrazas y besas... sintonizas su corazón con el tuyo en el único lenguaje que la naturaleza nos ha enseñado a todos, en cualquier lugar del mundo y en cualquier país.
Es la señal de la espera y de la confianza juntas, libres, generosas siempre.
Vive, late, respira cariño y siempre guardará en la pupila y en el corazón, el calor y el sentido del beso y la caricia.
Aunque haya cámaras y videos para todo, la imagen puede mostrar algo, pero se sitúa en otro plano, exterior, y tal vez frío.
Por eso, hoy quiero guardar únicamente de mi nieto, su respuesta inteligente, cuando le pregunto cuántos años cumple, muestra alegre su mano con un solo dedito levantado.
Así resume todo: tiempo, vida, inteligencia, amor y familia.