Eligieron un cachorrito de Yorkshire , de ojos vivarachos que les cautivó. Se llevaron a la pequeña amiga, como un tesoro y un regalo del cielo. Y la llamaron Mora. Tenía la difícil misión de llenar un inmenso vacío dejado primero por Nuba y luego por Sombra. Nuba ( que significa suerte)había nacido y crecido con Javier. Fueron inseparables. Jugaron y se entendieron a las mil maravillas.
Fue, “una suerte”.
Luego Sombra, fue para todos, silenciosa y fiel como una viva sombra inseparable. Pero al partir, había dejado el hogar sin travesuras y sin nadie que avisara de las llegadas de todo el que se acercaba a la casa o de cualquier incidencia.
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