Es que están servidos en un cuenco de cerámica. Es un menú degustación para los ojos, abundante y variado. Hay que digerirlo lentamente. Los iniciados saben siempre por dónde empezar. Pero, como pienso que están cocinados en su punto, cada uno puede comenzar por donde quiera. No repite. De ahí que uno pueda darse el gustazo cada día.
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