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19 septiembre 2023

Pequeñeces.






En la tarde
se perdía el pensamiento,
con el sol,
buscando
entre el vaivén de las olas
el motivo,
de todo aquello que deleita
los sentidos.
Un rayo de luz sobre la nube
llenaba todo el firmamento.

El mar,
unas gotas que al romperse
besaban con sus labios
la playa,
se ocultaban sutilmente
entre las redes de arena.

Nimiedades, se diría,
pequeñeces,
una brizna de sal,
el tono, el color,
la lisura, la suavidad,
el ritmo, la armonía,
el aroma, el frescor,
la chispa, el talento,
o un algo especial
que las cosas y las personas
llevan dentro.

Me vino tu recuerdo...
un gozo en la distancia,
en la vida,
en el saber,
en el amor,
en todo,
que queda dentro del misterio.
No es nada, es...
un pequeño secreto.

PD.Pequeñeces...como este mini-quilt de 7x6 cm con 72 piezas.

12 septiembre 2023

Aquí y ahora.





La belleza en los días de silencio se ha llenado de música.




Vivir es ir derribando la rutina de los días, que nos impide ver lo que está cerca y valorar el gran tesoro que tenemos.











Estamos en tiempo de cosecha y uno se da cuenta de que es importante haber sembrado. Lo auténtico en mi vida, lo intento cultivar.











El ser humano avanza por deseos e impulsos que en ocasiones la inteligencia no controla.












Vamos transitando por las noches y los días, o por los amaneceres que la naturaleza nos regala sin haberlos pedido, para que los disfrutemos, como las horas y los años.









Abrimos los ojos para recibir los inmensos regalos de la vida, sin ser totalmente conscientes y sin abarcar su maravillosa inmensidad, en las etapas que nos hacen soñar y por las que vamos caminando.










El aporte del mundo real está ahí, toca la imaginación, despierta la sensibilidad y de algún modo mueve el corazón. 












Todo es uno y único. Todo tiene su momento. De alguna manera, la realidad, los latidos y los sueños, están envueltos en misterio de principio a fin.








¿De dónde nace todo, el pasado, el presente y el futuro? 

¿Cuánto dura el infinito que se palpa hasta que se interioriza? 

¿A dónde va todo, al instante siguiente? 

¿Y nosotros?








Desconocemos casi todo lo exterior, pero lo más desconocido es lo que vamos percibiendo dentro de nosotros. 














Vivimos conviviendo sin vernos casi, sin apenas entendernos y, nos convertimos en expertos en crear distancias, construir muros, levantar murallas para evitar el contacto personal con los demás.









Sin embargo, algún sabio decía que “la felicidad depende de nosotros mismos”.














He cumplido un año más, y estoy en ello: aceptando la vida como viene, haciendo lo que me gusta con imaginación y apreciando lo que soy y lo que tengo.

Vosotros por supuesto estáis ahí, sois una parte importante.

01 julio 2023

Lo pequeño y su latido.

 

En todo lo que existe, hay más de lo que vemos.

No es que se oiga el silencio, que se oye.


No es el engranaje del reloj, es más sutil.

Es aroma de un perfume, que respira.


Es el aliento de algo que se mueve

por las cosas sencillas y las horas.


Es transparencia o fuego o luz
que está en el agua y en ella se refleja,
y en los ojos que lo miran.


No es el vacío, porque ¿cómo podrían sonar
la campana, la flauta, el ave que canta,
el coro entero o la voz de un niño,
si no existiera ese aliento
que es mucho más que el aire,
en el ala del ave,
y en el corazón de la madre?


Cómo podríamos ver la paz y los colores,
si no encontraran su reflejo
en los espacios puros del alma,
con ventanas a la brisa infinita,
donde deja su latido tan inconfundible
que se siente casi al alcance de todos...
y al atraparlo, con un hilo y una aguja,
o un pincel, huye, no se abarca.
¿Estuvo con nosotros?



La vida diaria es el aliento
en las pequeñas cosas,
que vemos, nos cautiva,
y al ser pequeñas,
nos creemos capaces de realizar.



Cuando descubro ese mundo infinito, -grande o pequeño-  me centro en el patchwork de colores, y en los detalles, -grandes y pequeños- (hay más de 1500 piezas en este Quilt que  os muestro). 
Desde este rincón del planeta donde vivo, os envío un abrazo.

23 junio 2023

Si vienes...

 



Si vienes en la nube,
no digas más palabras.

             Si vienes en el día,
             no traigas casi nada.

Si vienes en la estrella,
tráeme la luz del alba.

           Si vienes en la luna,
           hazme un guiño en el alma.

Si vienes en la noche,
¡derriba la muralla!
           entra y calla.


11 junio 2023

Y te lo cuento







¿Tienes más cuentecillos? -me dijiste-.

Sí, tengo uno para ti.






¡Tantos días en casa! Me decidí a salir. Decidir salir es encontrarse. Si salgo –me dije- he de ir preparada para hacer un viaje. Arreglé mi mochila, provisiones sencillas. De salir llegar lejos. Conozco ya los barrios por donde todos pasan, calles, plazas, autopistas... Quería explorar lo nuevo, caminos sin pisar. Y me fui, conmigo me marché. Decidí hacer la ruta de montañas por donde hay cortafuegos y bajar a los valles para luego subir. Escalar los picachos. Beber en la llanura. Abrazar la nieve, templar el sol, acunar una estrella, contemplar la luna. Escuchar a los lobos. Dormir en la noche y esperar la mañana.

Comencé a caminar. No había dado cien pasos cuando me topé con un caminante. Estaba polvoriento, cansado. Sentado en una piedra.
-Buenos días.
-Buenos días –contestó- levantando la vista.
-La mañana está serena y es bonito el paisaje.
-¿A dónde vas con tu leve mochila?
-He querido salir.
-¿A dónde?
-A escalar sueños.
-Pues quédate conmigo, y luego iré contigo. Es este un camino de magia y de capricho y yo   te necesito.
-¿Por qué?
-Porque es bella tu alma, sensible a todo viento.
-¿Y para qué?
-Para saberte, te quiero.

Colgué mi mochila y proseguí el camino. Viré hacia la izquierda porque vi una pradera. Durmiendo en su hierba descansaba un viajero. Al ruido de mis pasos despertó de improviso al tiempo que pasaba.
-¿A dónde vas montañera?
-No lo sé. He salido de casa sin la ruta trazada.
-Pues, ¿no tienes camino?.
-Tengo penas y amores.
-Quédate conmigo y siéntate en la hierba. Te necesito.
-¿Por qué?
-Porque eres humana y conmueve tu hondura.
-¿Para qué?
-Para comprenderte, te quiero.

Sin atar mi mochila abandoné la pradera de blancas margaritas y seguí rumbo al río que en el fondo del monte se oía correr. Pescando en sus orillas con un anzuelo enorme alguien había sentado.
-¡Qué gusto de sorpresa –se dijo-cautivado!.
-¿Cuál es la sorpresa? –le dije- sorprendida.
-Tú.
-Y eso me cautivó. ¿Tu siempre estás pescando?
-Menos cuando he pescado. Y tú,¿siempre miras así?
-Siempre que tengo ojos para mirarme en ellos.
-¿Cuánto amor te trae?
-La mochila llena.
-El río tiene un lecho de cantos rodados. Siéntate a mi vera y quédate conmigo. Te necesito.
-¿Por qué?
-Porque eres mujer, única.
-¿Para qué?
-Para amarte, te quiero.

Colgué mi mochila, apague mi mirada y me fui con el río. Pasaba por un puente. Apoyada en su pretil estaba pensativa una figura humana, callada con sus voces. Quise pasar despacio para no interrumpirla, pero era sensible a cualquier sombra.
-¿A dónde vas de paso?, me dijo silenciosa.
-Pensé que molestaba.
-Pasa y calla. Estudio los silencios.
-Quiero pasar de largo y ser desconocida.Tengo misterios, noches y vacíos.
-Agárrate del puente, pon la mano en mi
  hombro y quédate conmigo. Te necesito.
-¿Por qué?
-Por tu interior de abismo.
-¿Para qué?
-Para conocerte, te quiero.

Sin decir mas palabras, apresuré mi paso. No sentía la mochila. Otra montaña, a escalarla de nuevo. Camino de subida, divisé un montañero. Aún era la llanura.
-Te espero que no hay prisa.
-Mi mochila no pesa, le dije sonriendo.
-¿Pues que llevas en ella?
-Ternura y amistad.
-Te quiero esperar. Te necesito.
-¿Por qué?
-Por ser amiga y distinta.
-¿Para qué?
-Para acompañarte, te quiero.

Le dije adiós de frente y al borde de mis pies en la llanura aún, surgía otro incipiente camino. Más árido, más empinado, más estrecho. Solamente dos podían transitar en su andadura. Quise dejarlos todos para escalar la cima. Saberte, comprenderte, amarte, conocerte, acompañarte...

¿Qué más podía pedir? No quería pedir nada. ¡A conquistar la cima, me dije, decidida!

Por la vereda estrecha emprendí la subida. Alguna sombra había. Y paisaje otoñal con hojas ya rendidas.

Levanté la mirada, y en el mismo camino, distingo una figura clara, nítida. Él no dijo nada. Me acerqué. Seguimos en silencio. Después de andar un trecho a un mismo compás le dije susurrando:
-¿A dónde vas tan solo?
-Iba solo a la cima. Y tú ¿a dónde vas tan sola?
-Iba a la cima sola.

Nos miramos despacio y seguimos andando.

-¿Has visto alguna vez –me dijo con voz queda- los lobos de de la sierra?
-Sí, con luna y sentimiento. ¿Y has visto tú la noche cuando llora?
-Sí, cuajada de amapolas, con vida y con estrellas. Y tú, ¿has sentido en tu pecho la ternura?
-Sí, con dolor de ausencia. ¿Y has sentido en tu ser que te acunen un sueño?

Se quedó silencioso. Seguimos caminando. Mirándome a los ojos me dijo muy despacio:

-¿Seguimos el camino juntos, solos?
-Y yo le respondí, sí, seguimos el camino solos, juntos.

Y no se acaba el cuento, que estamos en camino...

06 junio 2023

Me llegas...















Me llegas con viento nuevo,
de vida, de amaneceres,
me llegas como caricia
que asombra en silencio, al cielo.


Me llegas con sed inmensa
de promesa, de camino,
me llegas como la lluvia
que empapa, cualquier destino.


Me llegas con la ternura
de intimidad, de prohibido,
me llegas como gaviota,
que vuela silencios mudos.


Me llegas con la frescura
de la nieve, del rocío,
me llegas como la mar
cuando baña mis abismos.


Me llegas con tu palabra
de silencio, de murmullo,
me llegas como el latido,
en el ritmo del amor, dormido.


Me llegas con tu ser hondo,
de poeta, de interior,
me llegas como la luna,
que tiñe de azul brillante, el dolor.


Me llegas con tu distancia,
de ser otro, de ser yo,
me llegas como la vida,
que cada día soñamos, con pasión.


Me llegas
por las aristas,
por las lindes del dolor,
por los huecos de la noche,
y por los rayos del sol.

Me llegas
porque llegaste,
viajero al amanecer,
cuando estaba en mi camino,
en una tarde de otoño,
para volver
y volver.

24 mayo 2023

Poemas al aire





Poemas que el viento lleva
por la ladera del río,
poemas,
simples poemas,
de un querer
y de un camino.


Poemas que mecen sueños
del hombre que aún está vivo,
poemas, simples poemas
de una estrella
y de un latido.


Poemas que nacen dentro
como aprendices de vida,
poemas,
simples poemas,
de alas blancas
y de arcilla.


Poemas que van descalzos
buscando una playa amiga,
poemas,
simples poemas,
de mi vida
fugitiva.


Poemas que ponen ritmo
de espacio, tiempo y abismo,
poemas,
simples poemas,
que yo comparto
contigo.

Fotografía bajada de internet.
Excelente fotógrafo, mejor persona.

21 abril 2023

Los colores de la vida










Sin flores, sin naturaleza, no entiendo la vida.




¿Puede sin color, haber vida?

En el campo, en casa, las plantas y las flores me acompañan siempre, desde niña. 
Van y vienen y me encuentran. 
Nos encontramos. 
Algunas se quedan, como las personas, como las mariposas.


















Tienen tanta belleza, que alegran los días con su presencia; llenan los rincones de la casa y del jardín y alargan los instantes de las horas.





Me transmiten su vitalidad y su energía.

Las tengo en la puerta, en el jardín… y a veces en el pelo.



Si nadie es indiferente cuando se siente amado, al llegar a mi casa, sea quien sea, el amor de mis flores abre los brazos para recibirle, alzan el aroma de la naturaleza y le abrazan, como si siempre fuera primavera o fuera alguien a quien estaban esperando.



Antes, teníamos también pájaros en un árbol del jardín. Una jaula grande cubría el árbol y les protegía en cada estación. 
Allí hacían sus nidos, allí se bañaban cada día y cantaban hasta el anochecer.
Nunca entraban en casa.
Ellos eran la sorpresa que descubríamos pequeños y mayores, cada amanecer. 
Cuando alguno soñaba con la libertad azul, dejábamos abierta la pequeña ventana al infinito.











A veces, algunos volvían para enseñarnos cómo era ese camino en su batir de alas.

Por fin partían… ¡Como todos!

30 enero 2023

La amistad

Un buen amig@, una buena amistad se forja con el tiempo a lo largo de la vida.

Permanece y enriquece sin temer al tiempo o la distancia.

Deja espacio y ofrece libertad.

Lo decía Gabriel García Márquez "No pases el tiempo con alguien que no esté dispuesto a pasarlo contigo". No con esas amistades que vienen o van, según sople el viento.

Los amigos de corazón son escasos, porque los afectos se mantienen íntegros y los sentimientos sinceros.

La vida como la amistad no es un juego, es un proceso creativo, donde nada se pierde, porque incluso si aparentemente se pierde, también se gana.

Y se gana, porque el olvido libera, es el recuerdo el que teje las formas de encuentro.

                                                                                                                                                                   
La amistad es una chispa que atraviesa la noche y la ilumina, se alza de la nada o del todo, suena, nace como la flor, la yerba o el verso del infinito mundo interior, o del maravilloso universo. 

Con el tiempo comprendemos que la creación es interior, en silencio, en soledad y la fuente es el amor, que inventa, descubre, transforma y hace propio lo que se vive o se ha vivido.                


PD. La cesta llena de cariño para mi amiga.                                                  

23 noviembre 2022

¡Como siempre!


                                                                                  Algunas noches, despierta, he podido ver amanecer. En silencio, sin prisa, me pareció que el sol ponía cada cosa en su lugar y abría la esperanza de algo nuevo.
                                                                               Comenzó a moverse, desde dentro primero y también a la intemperie, la vida. El color volvió.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    
         
Se movieron las hojas y las aves, y se escuchó la música en la yerba, en las olas, en el aire y más allá.
Abrí la ventana y me llegó el susurro infinito con ocho mil millones ya, -según las noticias-, de seres como tú y como yo. ¿Cambiaría algo? ¿Algo nuevo?

                                                                                                                                                                                            Ahí estaban algunos planetas. La luna poco a poco se ocultó. Pero la totalidad de miles de millones de astros del universo o del multi-universo, siguieron cada uno el curso de sus órbitas.
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             Nada ni nadie había pedido permiso para ponerse en movimiento, una  vez más, cada mañana.                     
He descubierto al amanecer, que todo es natural y nada está acabado,  que no hay tensión porque no hay lucha, ni esfuerzo.                             Que algo está en mi y soy parte de un infinito inabarcable y bello.       
                                                                                                                                                                               Nada puede retrasar ni herir, ni el viento huracanado, ni las opiniones o gestos ajenos, que intentan distraer de lo que somos o pensamos. Solo pueden herir o entorpecer, si les abrimos la puerta de la casa.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Tengo amigos que escriben con frecuencia de ciencia y cuentan que la misión Artemis, en un futuro próximo, llevará de nuevo seres humanos a la Luna. Si ya han estado allí, ¿por qué no van a volver para seguir investigando?
                                 
                                                                                                                                                                            Cerré la ventana. Pensé en mí, aquí y ahora. Si nos movemos, crecemos y giramos a velocidades astronómicas... ¿Dónde estaré mañana? ¿Dónde estarán mis seres queridos.
Me pareció escuchar el latido de mi corazón, sereno y enamorado de la vida: "estarás y estaremos, como siempre, en buenas manos; quien hace lo que puede dando lo mejor de sí,
siempre, aportará un poco de paz sobre todo cuanto existe, aquí cerca o allá, en la lejanía de
una mota azul suspendida en un rayo de sol" como dijo Carl Sagan.



Apoyo mi entrada con las telas de Van Gogh, porque la pintura y el patchwork son también mi pasión.