Después ya se pudo empezar a
poner orden. Debió ocurrir casi en un
abrir y cerrar de ojos. Porque en la
noche no podemos ni encontrar las cosas, ni buscar asideros.
Podemos andar a tientas por la tierra de
nadie, sin saber que podemos caer al
vacío al perder pie, o seguir haciendo estropicios en los seres que nos rodean,
en las cosas, en las palabras y en los huecos y los sueños.
Yo estoy siempre en ese proceso de
creación del orden, de cada cosa en su sitio, de un sitio para cada cosa. No
siempre lo consigo. No puedo bajar la guardia. Incluso para hacer lo que me
gusta, es importante saber de memoria, o por pura rutina, que las fichas
están en el cuaderno, la regla en su funda,
el cúter en la suya, las agujas y los hilos en el suyo, y … después, como una
reina tomo el cojín de costura en el regazo y empezar el proceso creativo, o
continuar donde lo había interrumpido.
Os animo a hacer este facilísimo cojín, es comodísimo para coser sobre él y tener la espalda en una postura correcta y con sus dos bolsillos tienes a mano tijeras, hilo...todo
Y luego, en algún momento libre, subir algo a esta ventana, para que puedan
también disfrutarlo mis amigas y amigos, que también, felizmente, formáis ya
parte de mi universo y de mi entorno.
Así de sencillo es mi post de
hoy. Gracias por estar ahí y por vuestros maravillosos comentarios.