La vida es vuelo. Volamos para conocer.
La imaginación es la mariposa de los sueños. Nos lleva por los aires a otras tierras y otros mundos.
La imaginación es la mariposa de los sueños. Nos lleva por los aires a otras tierras y otros mundos.
Lo desconocido, tienta y enamora.
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Cuando llegamos al país que imaginamos, nos resulta distinto. Más pequeño, menos ideal, no tiene el encanto, el color y la luz que antes de llegar nos fascinaban.
Hacemos fotos. Compramos recuerdos. Y ... tenemos que volver.
Y de regreso, volvemos a hilvanar la imaginación, con los recuerdos y los sueños de los viajes vividos , por si en algún momento tenemos la fortuna de emprender otro vuelo.
Lo mejor de París, de Italia, del extraño rincón del volcán, de la nube y su sombra sobre el azul del mar, de la arena del desierto y la hilera de camellos, de las noches al raso, viendo pasar estrellas, la cascada de aquel lugar único, y aquel amanecer del mundo desde la arena negra de la playa, en la isla perdida del fin del mundo, donde nos quisimos.
Los recuerdos también hacen volar. ¡Es otra forma!