El poeta, hombre o mujer, no siempre escribe.
El poeta, a veces no tiene tiempo de escribir.
El poeta, que de verdad sueña, es capaz de mezclar los colores, de esculpir la alegría, de cantar mientras trabaja, y gritar en la montaña.
El poeta sabe tejer historias para niños, coger al vuelo las hojas con mil fuegos del otoño, y levantar el mar para hilvanar su azul lleno de vida.



Y el poeta, si lo es, contagia y multiplica. Quien se acerca, acolcha, mira y lee entre líneas las puntadas, no sabe si es real lo que contempla, o puro borbotón salido de las manos mágicas, tal vez virtuales, de un poeta, hombre o mujer.
En este caso, las manos que dan forma a las letras y a las telas han sido las mías. Y soy una mujer que ama lo que hace, y hago lo que quiero, en toda la extensión de la palabra.
Este Baltimore como los Doce Meses de la anterior entrada me lo ha acolchado Silvia de quién os hablé en la entrada anterior.
Estoy segura que algún día la pondré por el revés,
está tan bonita!

Os la dejo en fotos, tal vez demasiadas, pero... me gusta tanto! Si podéis y queréis verlas en directo, esta Baltimore y la de los Doce Meses del post anterior, gracias a la Asociación Española de Patchwork estarán expuestas para su contemplación al público en la XV Exposición Nacional de patchwork que este año se celebra en Móstoles los días 15, 16 y 17 de Noviembre.
Agradezco vuestras visitas y generosos comentarios, pero siempre he creído que la belleza existe en los ojos del que mira.
Para las que me habéis preguntado por la dirección de Móstoles es:
"Centro Cultural Villa de Móstoles"
Pl. de la Cultura,1
Para las que me habéis preguntado por la dirección de Móstoles es:
"Centro Cultural Villa de Móstoles"
Pl. de la Cultura,1