Lo importante es soñar, imaginar, y crear. Todo lo que vemos ha tenido que ser imaginado.
Idea primero, locura o inspiración.
Vivo en “la ciudad de los cuentos”, así llamada porque lleva 22 ediciones del Maratón de Cuentos.
¿Es imposible?, pues Alicia dijo que ”A veces he creído hasta en seis cosas imposibles antes del desayuno”.
Y yo que me he leído hasta Los Cuentos de Calleja, creo que cada oscuridad tiene su propia luz, y cada idea su propia oscuridad, para hacerla comprensible y suscitar nuevos interrogantes. Lo imaginable tiene que llamar a la imaginación.
De hecho los niños ven real lo que nosotros no vemos. Tienen amigos invisibles. Y… ninguna mamá le va a decir que está loco. “No quiero caminar entre locos, dijo Alicia. Oh, no puedes hacer nada, le respondió el gato, todos estamos locos aquí”.
Los cuentos, como los sueños, son señales para la vida, pistas para aprender y encontrar el camino, encierran experiencia y sabiduría.
Así que no es extraño que en las creaciones de la tijera y de la aguja
haya imaginación y también cuentos. Algún día todos estos bloques hoy
dispersos se unirán. Todo para hacer la vida más fácil y poder soñar.
Nada es lo que parece. Más allá de las apariencias la vida tiene otros
significados.
Solo las personas en cualquier parte del mundo y los sentimientos son reales.
Por eso… un abrazo.
Solo las personas en cualquier parte del mundo y los sentimientos son reales.
Por eso… un abrazo.