Hay pinturas antiguas, que desgarran el alma como un flechazo. No que hagan daño, sino que enamoran. Cuando uno se pasa el día entre niños, intentando que aprendan a aprender, a saber que tienen capacidad y que saben mucho más de lo que creen y solo es importante recordar...pero supone esfuerzo, y se cansan. Es lo que nos dice la imagen. Todo aprendizaje es un esfuerzo, de atención sobre todo. Pero los niños se cansan. Tienen que jugar, pero también tienen que descansar. Muchos niños llegan a las aulas muertos de cansancio. La disciplina de las aulas, si no se acompasa con la de la familia, no hay progreso. Los profesores, saben casi siempre que ellos muchas veces no son más que los notarios de un fracaso anunciado. Mis pinceladas no son una denuncia de una docente, son el recuerdo de las vivencias de una madre.