En los confines de las estrellas, donde se encuentran los hogares, los humanos y sus gozos e ilusiones, hay mucha esperanza sostenida y acolchada con latidos y con besos. Alguna vez se acomoda en la colcha la estrella de la casa. ¡Ya la conocéis, no hace falta presentarla!
Pero siempre hay una luz en una estrella, y un poco de calor que nos alienta desde el interior y desde el infinito, que es lo mismo. ¡Da mucha fuerza para seguir la vida paso a paso, verso a verso, puntada a puntada!
Seguro que fue un gran pensador, como Séneca quien dijo que: «Es agradable ser importante, pero más importante es ser agradable». Las costureras, preferimos ser las importantes segundas, ¿o no? Nos conocemos porque decimos lo que sentimos, pero además y sobre todo porque sentimos lo que decimos. En lo que hacemos ponemos el alma. ¡Cosemos con trapos, tiempo y arte, sentimientos! Un poco de vida lleva cada minuto y emociones cada puntada.