
Creo que deja vida vivida en los latidos de un corazón incansable, que no sabe de horas ni le importan. Engrandece lo mejor que tenemos.
Pero lo que vamos aprendiendo con cada situación que afrontamos cada día, es que avanzamos siempre, que si no tenemos voluntad de detenernos vamos creciendo en experiencia y lo mejor de nosotros, como el vino, adquiere solera y se perfecciona.

Cada mañana empieza mi vida, porque ayer no sabía si hoy estaría aquí en este momento. Y felizmente, al despertarme, planifico la jornada, que comprende mi ser, mi familia y mi trabajo. Todo me hace feliz al hacer pasar el amor que voy entregando en latidos y minutos en favor de lo que quiero y los que quiero. Y de vez en cuando, puedo subir aquí algo de lo que hice con las telas y las puntadas de la voluntad.
Bueno,y el descanso, el juego, los amigos… que la vida es eso. Tiene su música y su ritmo. La felicidad es todo eso, en la proporción adecuada y los condimentos con que cada uno la adereza.
Aquí os muestro el bolso del anterior proyecto, y las camelias que me regalaron en mi último viaje hace unos días, a Cantabria.