Bolsa para patchwork

Cuando el infinito de la imaginación de la mujer sigue agrandándose, hay que adaptarlo todo a su medida. Ha sido siempre así y seguirá siendo.
Por eso el trajín de los desfiles, de las modas y de los complementos.








Nada hay más grande que el deseo.

Nada más pequeño que el ayer. El mañana no está en el ayer escrito y lo vamos a inventar hoy para volver mañana a soñar de otra manera.







No se trata sólo de aprender. Hay que aprender mientras descubrimos lo que interesa saber,  cómo y cuándo.

En clase, necesitamos cada día más cosas para  poder hacer realidad lo que queremos.  A parte de la cabeza, todo el material hay que llevarlo en algún bolso.  Los que teníamos hasta ayer ya son pequeños. Además de llevar lo que vamos haciendo, resulta que  siempre ves y picas, y volvemos con mil cosas más de las que salimos de casa.






Por eso, decidí hacer un bolso llevadero, personal y  capaz. 

Os lo traigo aquí por llevar mi primer acolchado a máquina.No lo mireis detenidamente, ni tengo la técnica depurada, ni la máquina adecuada, pero le puse un poco de imaginación.  Es un infinito de diseño y  con asas.

No se trata de recortar horizontes. Nadie puede complacer tus deseos si no eres capaz de expresarlos. Y cuando lo consigues comprendes que no se trataba de dinero, sino de construirlo tú misma, porque puedes.

A todas y todos mi más sinceras gracias por acercarme a vuestro sentir y a vuestra vida con vuestros sentimientos, comentarios y mensajes.