No sólo el pincel, también la espátula puede expresar con fuerza la gama de color. Experimenté, porque nada puede ser ajeno. El artista es tan pobre que va descubriendo el mundo y su pintura casi a plazos, a impulsos. ¡Y dando gracias de tener la sensibilidad y la vida para captar lo nuevo que cada día nos enseña!. Y lo más grande de todo, el privilegio de “¡hacer lo que me gusta!”, sin tener que “gustar” y que se venda.
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