Tiene tantas facetas la figura humana, sobre todo la femenina, que cualquier pose, resulta placentera. Ni todos los piropos son justos, ni cualquier momento es bueno. Quien sabe calibrar los tiempos y combinar el sentido de la oportunidad y la belleza se acerca a la perfección. La coquetería es un matiz que adorna, si es proporcionado. Nunca lo que es forzado, ni afectado es elegante, aunque alguien pueda pensar que es eficaz. ¡No todo vale en el arte!
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