Son de mi casa y han servido. Estaban retirados y dispersos. Pero conservan la vida y la tradición de lo vivido en la familia. ¡Tal vez humildes, pero hermosos!. Yo pensaba que si era capaz de despertarles de su sueño, podían tener arte. Un día de locura, los pinceles del viento y de la luz, les llamaron y...gracias a la alquima del cariño, tienen ya una vida nueva.
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